Me encierra la noche,
clausurando los deseos
en la inútil soledad de los espejos.
Le temo a las sombras,
le temo a los espejos.
La lluvia en las calles
recuerda lo ingrato del silencio,
y el amargo sabor
de humo y el alcohol,
hace sentir la oscuridad.
Mis ojos se despidieron,
las respuestas fueron claras,
existe el frió,
no existe un abrigo en la llovizna.
Maldigo una y otra vez
a Borges y a Nietzsche,
mis únicos compañeros,
también maldigo
a Fatuzzo y a Picasso,
quienes retratan mis muros.
Maldigo todo por la soledad.
Y mi odio es solo la muestra
de que las madrugadas
caminando solo bajo la lluvia
reproducen mil veces una imagen.
Y en esa imagen no están mis compañeros.
En esa imagen estas vos.
Mis ojos se despidieron,
las respuestas fueron claras,
existe el frió,
no existe un abrigo
en la lluvia,
no existe un abrigo
para el que esta solo.
02 noviembre 2009
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1 comentario:
Te lo dije???...sos un genio!, me encanta lo que escribis nene. Esto hay que llevarlo a libro. Que lindo!!!¿para cuando?
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