
Sin alarma,
fue tan despacio
que pasó sin darme cuenta.
Tantos días que vivimos
tantos otros que rompimos
nuestra esperanza,
nuestra alegría,
nuestra ilusión.
Dejamos tantas cosas
por nuestra pasión.
No dejamos todo
solo por temor.
Temor al abandono
a la tristeza
y al dolor.
Y los arboles
cayeron lento
con la prisa
del viento
cuando corre
por tu cuerpo
hasta hoy.